Estar solo asusta, requiere sentirse bien consigo mismo y plantarle cara a algunos prejuicios sociales que dicen que la vida en pareja es mejor.
Nacemos dependientes, confundidos con el otro, sin saber quiénes somos. Construimos una identidad propia, una subjetividad única cuando adquirimos independencia y sentimos que podemos manejarnos solos. ¿Podemos defender nuestra libertad si no vivimos bien nuestra soledad? ¿Es mejor pagar el precio de estar solos, pero sentirse libre, que estar acompañados y sentirse agobiados por el otro? Hay dos tipos de soledad: una conlleva una pérdida de contacto con la realidad, con los otros, evitando así todo vínculo afectivo; la otra, sin embargo, es creativa, necesaria, íntima, es la que todos llevamos dentro, ese vacío que nos habita y nos hace únicos. Una soledad que nos da la posibilidad de explorar lo más profundo de nuestro ser para, desde allí, volver renovados.
No hay otra manera de estar que solo. Uno puede olvidarlo, uno puede olvidarse de sí mismo en muchísimas cosas, pero una y otra vez la verdad se reafirma. Por eso después de cada experiencia profunda te sentirás solo. Esto parecerá muy paradójico, porque ordinariamente la gente cree que el amor les hará sentirse en compañía. Eso es una completa insensatez. Si el amor es profundo te hará consciente de la soledad, no de la compañía. Cuando algo cala hondo, ¿qué ocurre?: dejas la periferia de tu ser y entras en tu centro, y el centro es todo soledad. Allí estás sólo tú; o ni siquiera tú, tan sólo una consciencia sin ego, sin identidad, sin definición, un abismo de consciencia.
Después de escuchar bella música, o después de penetrar en el significado de una gran poesía, o ver la belleza de un atardecer, en el despertar siempre te sentirás triste. Viendo esto, millones de personas han decidido no ver la belleza, no amar, no meditar, no rezar, evitar todo lo que sea profundo. Pero aunque evites la verdad, la verdad te golpea algunas veces. Sin que te des cuenta, te posee. La soledad es tremendamente bella porque es profundamente libre. Es absoluta libertad; ¿cómo puede crear tristeza?
Sentirse solo es la soledad mal interpretada. Significa que echas de menos al otro. ¿Y quién es el otro?: alguna excusa que te ayuda a olvidar tu consciencia, algún toxico: puede ser una mujer, un hombre, un libro, cualquier cosa; cualquier cosa que te ayude a olvidarte de ti mismo, que se lleva el recordarte a ti mismo, eso te quita el peso de la consciencia. La soledad es inmensamente bella. La soledad es un momento en el que ya no se necesita al otro, tú eres suficiente para ti mismo; tan suficiente que puedes compartir tu soledad con toda la existencia. Tu soledad es tan inagotable que aunque inundes toda la existencia, aún te quedará más. Cuando estás solo, eres rico, cuando te sientes solo eres pobre.
EddyEspinoza
Soledad, el precio de la libertad
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